EL DISCURSO PEDAGÓGICO
El discurso pedagógico es el constructo explicativo-descriptivo del objeto de conocimiento en pedagogía; es decir de la transformación intelectual, la auto modificación de la estructura de conciencia de los estudiantes al interior de un saber concreto.
El discurso pedagógico se refiere a sujetos que hablan y actúan en el mundo de la vida escolar, con expresiones y acciones susceptibles de ser comprendidas. El punto de partida es este terreno en el que se produce la articulación de la pedagogía como forma de saber.
El discurso pedagógico se construye por medio de un proceso dialógico intersubjetivo, expresado por la transmisión del conocimiento de algo; debido a su fin didáctico, busca provocar un aprendizaje de este conocimiento, pues, además de los métodos y procedimientos para llegar al conocimiento, también requiere de un modelo para el mismo.
EL DISCURSO PEDAGÓGICO SEGÚN VAN DIJK
Van Dijk (2002) sostiene que deberíamos contar con una teoría multidisciplinaria amplia acerca del conocimiento, útil como soporte para una teoría igualmente amplia e integradora sobre el rol que juega el conocimiento en la producción y comprensión del discurso que va más allá de las dimensiones neurobiológicas, lingüísticas y socioculturales.
AUTORES
•Por su parte, Bernstein (2001:188) describe el discurso pedagógico como la regla que inserta un discurso de competencia en un discurso de orden social, en donde el segundo, ejerce dominancia sobre el primero.
•Martínez propone que: “El trabajo pedagógico se inscribe en una Pedagogía interactiva de carácter dialógico; pedagogía que parte de la consideración de que todo hablante nativo ha aprendido a significar el mundo natural y social a través del discurso que se construye en la dualidad de la interacción comunicativa, en la relación intersubjetiva.”
•Martínez propone que: “El trabajo pedagógico se inscribe en una Pedagogía interactiva de carácter dialógico; pedagogía que parte de la consideración de que todo hablante nativo ha aprendido a significar el mundo natural y social a través del discurso que se construye en la dualidad de la interacción comunicativa, en la relación intersubjetiva.”
EL DISCURSO PEDAGÓGICO Y SU DOBLE SIGNIFICADO.
Segun Alma Delia Rocha Simental en su ensayo sobre EL DISCURSO PEDAGÓGICO Y SU DOBLE SIGNIFICADO nos muestra Una de las funciones del sistema educativo es propiciar la transmisión de conocimientos, porque de esta manera favorece al desarrollo y progreso del Estado, sin embargo no se ha tenido el impacto social que se esperaba. Hablar actualmente del discurso pedagógico es hablar de un discurso definido con un significado institucional, sin embargo, dicho discurso está regulado por otros significantes.
Actualmente en la comunicación pedagógica ocurre una reproducción de poder, y se da por medio de las relaciones sociales: clases transmisión de género, religión, transmisión de lenguaje, etc. Todo es transportado por un código o sea un significado.
Actualmente en la comunicación pedagógica ocurre una reproducción de poder, y se da por medio de las relaciones sociales: clases transmisión de género, religión, transmisión de lenguaje, etc. Todo es transportado por un código o sea un significado.
EL DISCURSO PEDAGÓGICO EN LA PRÁCTICA DOCENTE
El discurso pedagógico es común a todas las culturas, emplea el diálogo intersubjetivo como medio para llegar a representar la realidad, a través de un proceso que requiere el uso del conocimiento de algo, lo cual se desarrolla a través del incremento gradual de éste y de la conciencia de estos procedimientos.
El discurso pedagógico es un acto generativo de enseñanza-aprendizaje, dado entre enseñante-aprendiz, quienes usan y buscan los conocimientos; se relaciona con los procedimientos en la adecuación del método y en la práctica social contextualizada. En este sentido, la práctica del discurso pedagógico se desarrolla en un marco contextual del sistema educativo y, a su vez, está enmarcado en las políticas de Estado, activando un discurso de las ideologías centralizadas, de cuya matriz se garantiza la identidad, el sentido de pertenencia cultural y el desarrollo de las potencialidades de cada individuo.
El discurso pedagógico es un acto generativo de enseñanza-aprendizaje, dado entre enseñante-aprendiz, quienes usan y buscan los conocimientos; se relaciona con los procedimientos en la adecuación del método y en la práctica social contextualizada. En este sentido, la práctica del discurso pedagógico se desarrolla en un marco contextual del sistema educativo y, a su vez, está enmarcado en las políticas de Estado, activando un discurso de las ideologías centralizadas, de cuya matriz se garantiza la identidad, el sentido de pertenencia cultural y el desarrollo de las potencialidades de cada individuo.
human - pepe mujica
Lenguaje y discurso
El lenguaje es un campo constitutivo de la conciencia y de la conducta del sujeto, como un cierto ‘inconciente’ cultural que se nos impone desde la estructura social.
Sujeto
Para referirnos a este tema, nos apoyaremos en el capítulo VIII de Díaz (2001: 203-218), titulado: “Poder, sujeto y discurso pedagógico: Bernstein”. Según lo planteado, el sujeto no es un ente específico, una entidad logocéntrica (conciencia e intención) sino un conjunto de posiciones particulares a las estructuras, distribución y control del poder. Así, en Bernstein, la constitución del sujeto se organiza como voz en la forma como se distribuye el poder; como mensaje con respecto a la estructuración del poder y como articulación entre la voz (poder) y el mensaje (control), la cual se manifiesta en los mensajes producidos y reproducidos por el sujeto.
El sujeto se constituye dialécticamente, entonces, entre el poder y el control, entre el poder y sus manifestaciones. El sujeto se constituye socialmente gracias a las diferencias, ubicaciones y posiciones que puede asumir gracias a la voz que confiere poder a la conciencia y le permite significar y manifestarse mediante mensajes.
Las posiciones del sujeto se producen en el proceso de comunicación como conjunto de prácticas especializadas que generan productos textuales específicos. La comunicación se organiza en torno a reglas de reconocimiento y manifestación que codifican las posiciones del sujeto, desde donde se producen ciertas significaciones.
“El problema del sujeto, en Bernstein, se plantea cuando se subraya el papel de los códigos y de la ideología (práctica ideológica). El sujeto es constituido en relación con el discurso, y es en relación con el discurso que los sujetos son ubicados. El sujeto es constituido en la relación entre distribuciones/posiciones y relaciones sociales” (Díaz, 2001: 212).
La voz es una forma de la distribución del poder. Tener voz es tener poder. Es poder se ejerce ideológicamente. El sujeto como instancia entre la voz y el mensaje es una mediación y esta es una forma de la discontinuidad. La discontinuidad se manifiesta en la heteroglosia social a tal punto que se podría decir que esta es la forma como el poder se invisibiliza haciendo que lo que aparezca sea el sujeto ocupando diferente posiciones y distribuyendo las posibilidades de aquel. Podría decirse, entonces, que el poder está en todas partes gracias a la manera como se apropia de los sujetos.
El discurso pedagógico es un tipo de discurso reconstructivo que se apoya en códigos que regulan la distribución del poder y ejercen el control simbólico.
Según Bernstein, el discurso pedagógico, más allá de sus dimensiones lingüísticas, es un tipo de discurso social producido desde mecanismos de poder y control de las posiciones de los sujetos dentro de órdenes específicos. El discurso pedagógico tiene una función constitutiva de objetos y sujetos pedagógicos, y regulativa de relaciones sociales que controlan, por ejemplo, la producción de textos, temas, significados dentro de ciertos límites impuestos por el poder.
El discurso pedagógico (regulativo e instruccional) es un tipo de dispositivo dominante, constituido y constituyente, que subyace a la regulación de la reproducción cultural y educativa (BB). Es constituido primariamente por otros discursos (campo de producción del discurso) como el de las disciplinas y es constituyente de otros discursos (campo de reproducción del discurso).
“El discurso pedagógica es un principio de control sobre la reproducción del discurso, es una gramática para la generación/regulación de textos y prácticas de reproducción” (Díaz, 2001: 171). El discurso pedagógico no puede confundirse con ciertas realizaciones o con eventos intersubjetivos y tampoco puede identificarse con ninguno de los discursos recontextualizados.
Código educativo
Según Bernstein, el concepto de código sociolingüístico se refiere a “la estructuración social de los significados” y a sus manifestaciones lingüísticas en contextos diferentes pero relacionados. “ Mi tesis consiste en que las formas de socialización orientan al niño hacia códigos de habla diferentes que controlan el acceso a significados relativamente dependientes o relativamente independientes del contexto. Los códigos elaborados orientan a sus usuarios hacia significados universalistas, mientras que los códigos restringidos orientan y sensibilizan a los usuarios en significados particularistas; estos dos códigos conducen a formas lingüísticas diferentes y reposan sobre relaciones sociales diferentes. Los códigos elaborados están menos ligados a una estructura particular y conllevan la posibilidad de un cambio en los principios; en este caso, el habla puede ser liberada de la estructura social y adquirir cierta autonomía”.
Dado que son conocidos los conceptos de código elaborado y código restringido, desde allí es fácil pasar a los códigos educativos, como una evolución de la teoría de los códigos sociolingüísticos; mediante ella, se trata de dar cuenta de los nexos entre las relaciones de poder (relaciones de clase) y su papel en el acceso a los sistema simbólicos y su función en el control y cambio de los mismos y, en general, en los límites de la experiencia humana.
Los códigos educativos son principios reguladores del currículum, la pedagogía y la evaluación. Las dos variables que definen dichos códigos son la clasificación y la enmarcación del conocimiento educativo. La clasificación se refiere a los límites entre los contenidos que se enseñan. Una clasificación fuerte indica contenidos separados, y una clasificación débil indica interrelación entre contenidos. Entre tanto, la enmarcación se refiere a las formas de control sobre la manera como se transmite el currículo. Una enmarcación fuerte significa que los límites de lo que se puede y no se puede transmitir están muy claros. En este caso el alumno no tiene ninguna opción sobre la relación pedagógica. Lo inverso ocurre en una enmarcación débil.
Las combinaciones entre la clasificación y la enmarcación definen distintas modalidades de código educativo, es decir, el conjunto de principios subyacentes que configuran el currículo, la pedagogía y la evaluación. Una clasificación y enmarcación fuertes del conocimiento educativo dan lugar a un código agregado, mientras que una clasificación y enmarcación débiles (mayor interdisciplinariedad y mayor flexibilidad en la interacción profesor-alumno) dan lugar a un código integrado. Bernstein presenta los códigos integrados como potencialmente emancipadores, puesto que proporcionan autonomía y capacidad de crítica al individuo.
Gracias al análisis de la clasificación y enmarcación de estos códigos, Bernstein logra mostrar las interrelaciones entre las propiedades organizativas y las propiedades del conocimiento, pasar del nivel de análisis macro al nivel micro, relacionar los patrones internos de las instituciones educativas con los antecedentes sociales externos de tales patrones y considerar los problemas de la estabilidad y el cambio social.
El código agregado es, según Bernstein, el más extendido en los sistemas educativos, y solamente se encuentran indicios de cambio de códigos en algunas escuelas. El paso de un código agregado a uno integrado, se expresa en una alteración en la clasificación y enmarcación que implica a su vez, una alteración de las relaciones de autoridad existentes.
En definitiva, la sociología de la transmisión educativa nos ofrece instrumentos para comprender la relación entre educación y sociedad, mediante el análisis de las probabilidades de acceso de los distintos grupos sociales, la incorporación de la cultura dominante y los contenidos respectivos de las relaciones entre el poder y la pedagogía.
Gracias a Bernstein, además, es posible comprender los mecanismos a través de los cuales se instala la desigualdad a través de la transmisión educativa, sino la manera cómo actúa dicha transmisión sobre diferentes receptores. Según Díaz, “La escuela impone y desarrolla el orden de significados universalistas mediante los controles que impone sobre la organización, distribución y evaluación del conocimiento” (En: Introducción a Bernstein).
Para referirnos a este tema, nos apoyaremos en el capítulo VIII de Díaz (2001: 203-218), titulado: “Poder, sujeto y discurso pedagógico: Bernstein”. Según lo planteado, el sujeto no es un ente específico, una entidad logocéntrica (conciencia e intención) sino un conjunto de posiciones particulares a las estructuras, distribución y control del poder. Así, en Bernstein, la constitución del sujeto se organiza como voz en la forma como se distribuye el poder; como mensaje con respecto a la estructuración del poder y como articulación entre la voz (poder) y el mensaje (control), la cual se manifiesta en los mensajes producidos y reproducidos por el sujeto.
El sujeto se constituye dialécticamente, entonces, entre el poder y el control, entre el poder y sus manifestaciones. El sujeto se constituye socialmente gracias a las diferencias, ubicaciones y posiciones que puede asumir gracias a la voz que confiere poder a la conciencia y le permite significar y manifestarse mediante mensajes.
Las posiciones del sujeto se producen en el proceso de comunicación como conjunto de prácticas especializadas que generan productos textuales específicos. La comunicación se organiza en torno a reglas de reconocimiento y manifestación que codifican las posiciones del sujeto, desde donde se producen ciertas significaciones.
“El problema del sujeto, en Bernstein, se plantea cuando se subraya el papel de los códigos y de la ideología (práctica ideológica). El sujeto es constituido en relación con el discurso, y es en relación con el discurso que los sujetos son ubicados. El sujeto es constituido en la relación entre distribuciones/posiciones y relaciones sociales” (Díaz, 2001: 212).
La voz es una forma de la distribución del poder. Tener voz es tener poder. Es poder se ejerce ideológicamente. El sujeto como instancia entre la voz y el mensaje es una mediación y esta es una forma de la discontinuidad. La discontinuidad se manifiesta en la heteroglosia social a tal punto que se podría decir que esta es la forma como el poder se invisibiliza haciendo que lo que aparezca sea el sujeto ocupando diferente posiciones y distribuyendo las posibilidades de aquel. Podría decirse, entonces, que el poder está en todas partes gracias a la manera como se apropia de los sujetos.
Discurso pedagógico
El discurso pedagógico obedece a un tipo de código elaborado según el cual la escuela utiliza formas para transmitir el conocimiento educativo y sus contenidos, así como sus formas de evaluarlo; este proceso es clave para comprender los mecanismos de reproducción cultural en la escuela.El discurso pedagógico es un tipo de discurso reconstructivo que se apoya en códigos que regulan la distribución del poder y ejercen el control simbólico.
Según Bernstein, el discurso pedagógico, más allá de sus dimensiones lingüísticas, es un tipo de discurso social producido desde mecanismos de poder y control de las posiciones de los sujetos dentro de órdenes específicos. El discurso pedagógico tiene una función constitutiva de objetos y sujetos pedagógicos, y regulativa de relaciones sociales que controlan, por ejemplo, la producción de textos, temas, significados dentro de ciertos límites impuestos por el poder.
El discurso pedagógico (regulativo e instruccional) es un tipo de dispositivo dominante, constituido y constituyente, que subyace a la regulación de la reproducción cultural y educativa (BB). Es constituido primariamente por otros discursos (campo de producción del discurso) como el de las disciplinas y es constituyente de otros discursos (campo de reproducción del discurso).
“El discurso pedagógica es un principio de control sobre la reproducción del discurso, es una gramática para la generación/regulación de textos y prácticas de reproducción” (Díaz, 2001: 171). El discurso pedagógico no puede confundirse con ciertas realizaciones o con eventos intersubjetivos y tampoco puede identificarse con ninguno de los discursos recontextualizados.
Código educativo
Según Bernstein, el concepto de código sociolingüístico se refiere a “la estructuración social de los significados” y a sus manifestaciones lingüísticas en contextos diferentes pero relacionados. “ Mi tesis consiste en que las formas de socialización orientan al niño hacia códigos de habla diferentes que controlan el acceso a significados relativamente dependientes o relativamente independientes del contexto. Los códigos elaborados orientan a sus usuarios hacia significados universalistas, mientras que los códigos restringidos orientan y sensibilizan a los usuarios en significados particularistas; estos dos códigos conducen a formas lingüísticas diferentes y reposan sobre relaciones sociales diferentes. Los códigos elaborados están menos ligados a una estructura particular y conllevan la posibilidad de un cambio en los principios; en este caso, el habla puede ser liberada de la estructura social y adquirir cierta autonomía”.
Dado que son conocidos los conceptos de código elaborado y código restringido, desde allí es fácil pasar a los códigos educativos, como una evolución de la teoría de los códigos sociolingüísticos; mediante ella, se trata de dar cuenta de los nexos entre las relaciones de poder (relaciones de clase) y su papel en el acceso a los sistema simbólicos y su función en el control y cambio de los mismos y, en general, en los límites de la experiencia humana.
Los códigos educativos son principios reguladores del currículum, la pedagogía y la evaluación. Las dos variables que definen dichos códigos son la clasificación y la enmarcación del conocimiento educativo. La clasificación se refiere a los límites entre los contenidos que se enseñan. Una clasificación fuerte indica contenidos separados, y una clasificación débil indica interrelación entre contenidos. Entre tanto, la enmarcación se refiere a las formas de control sobre la manera como se transmite el currículo. Una enmarcación fuerte significa que los límites de lo que se puede y no se puede transmitir están muy claros. En este caso el alumno no tiene ninguna opción sobre la relación pedagógica. Lo inverso ocurre en una enmarcación débil.
Las combinaciones entre la clasificación y la enmarcación definen distintas modalidades de código educativo, es decir, el conjunto de principios subyacentes que configuran el currículo, la pedagogía y la evaluación. Una clasificación y enmarcación fuertes del conocimiento educativo dan lugar a un código agregado, mientras que una clasificación y enmarcación débiles (mayor interdisciplinariedad y mayor flexibilidad en la interacción profesor-alumno) dan lugar a un código integrado. Bernstein presenta los códigos integrados como potencialmente emancipadores, puesto que proporcionan autonomía y capacidad de crítica al individuo.
Gracias al análisis de la clasificación y enmarcación de estos códigos, Bernstein logra mostrar las interrelaciones entre las propiedades organizativas y las propiedades del conocimiento, pasar del nivel de análisis macro al nivel micro, relacionar los patrones internos de las instituciones educativas con los antecedentes sociales externos de tales patrones y considerar los problemas de la estabilidad y el cambio social.
El código agregado es, según Bernstein, el más extendido en los sistemas educativos, y solamente se encuentran indicios de cambio de códigos en algunas escuelas. El paso de un código agregado a uno integrado, se expresa en una alteración en la clasificación y enmarcación que implica a su vez, una alteración de las relaciones de autoridad existentes.
En definitiva, la sociología de la transmisión educativa nos ofrece instrumentos para comprender la relación entre educación y sociedad, mediante el análisis de las probabilidades de acceso de los distintos grupos sociales, la incorporación de la cultura dominante y los contenidos respectivos de las relaciones entre el poder y la pedagogía.
Gracias a Bernstein, además, es posible comprender los mecanismos a través de los cuales se instala la desigualdad a través de la transmisión educativa, sino la manera cómo actúa dicha transmisión sobre diferentes receptores. Según Díaz, “La escuela impone y desarrolla el orden de significados universalistas mediante los controles que impone sobre la organización, distribución y evaluación del conocimiento” (En: Introducción a Bernstein).
Dispositivo
Un dispositiva es un mecanismo regulador y articulador de relaciones; es un regulador simbólico de los sujetos en cuanto a su constitución, posición y oposición; es un sistema de reglas que instituye la gramática del discurso pedagógico y, por tanto, es condición para la transmisión cultural en términos de legitimidad.
El concepto de dispositivo pedagógico es un aporte metodológico cuyo propósito es analizar el papel del discurso pedagógico en la transmisión cultural, en términos de producción, reproducción y transformación cultural en el seno de la sociedad. El dispositivo se realiza a través de dos formas: el discurso pedagógico y la práctica pedagógica y su propósito es garantizar el contexto, la interacción, la producción, la reproducción y la transformación de la cultura. .
El dispositivo pedagógico se refiere a la gramática inherente al discurso pedagógico que consiste en un conjunto de reglas para la realización de formas específicas de conciencia: las reglas de distribución, de recontextualización y de evaluación. Estas reglas están ordenadas jerárquicamente, de modo que la regla de distribución regula la regla de recontextualización, la que a su vez, regula la regla de evaluación. Así, el dispositivo pedagógico puede ser considerado, por una parte, como un regulador simbólico de la conciencia para la selección, creación, posición y oposición de sujetos pedagógicos y, por otra, como la condición para la producción, reproducción y transformación de la cultura. El dispositivo pedagógico siempre se encuentra entre el poder, el conocimiento y las formas de conciencia (Bernstein, 1994).
El dispositivo opera a través de códigos cuya gramática contiene los principios de distribución del poder y control que son intrínsecos a las relaciones de clase que son relaciones sociales y de comunicación, reguladas por principios como el de clasificación (división social del trabajo) y de enmarcación (conocimiento y comunicación).Control simbólicoUno de los factores que está presente en la teoría de Bernstein y, en particular, en la teoría del sujeto, es el control; el control es una de las manifestaciones de la estructura del poder en cuanto regulador de los procesos sociales.
El control simbólico tiene que ver con agencias (familia y educación, por ejemplo) que lo realizan y es una manifestación del principio de control que ejerce todo poder. El control se ejerce a través de los códigos, al punto que se puede afirmar que un código es “un regulador simbólico de la conciencia que condensa en su gramática la distribución del poder y los principios de control. Es mediante los códigos que una lógica de transmisión/adquisición se regula, que una experiencia particular se produce y que una identidad social específica se legitima” (En: Introducción a Bernstein).
En la escuela, se crean ciertas relaciones sociales de índole pedagógica que se institucionalizan a través de prácticas pedagógicas. La enmarcación, como principio que subyace a la comunicación y que se refiere a las relaciones de poder y a los límites de la interacción, es el principio que regula dichas prácticas. Las prácticas constituyen, regulan y relacionan las posibilidades de los principios comunicativos: interaccional y locativo. En la escuela, entonces, la enmarcación se refiere a la selección, secuencia y ritmo de la transmisión cultural, tal como estas operan en las prácticas comunicativas típicas de la relación pedagógica.
El discurso pedagógico es un medio de recontextualizar o reformular un discurso primario (de las ciencias o disciplinas, por ejemplo) para llevarlo al plano educativo, mediante la comunicación pedagógica. La recontextualización se manifiesta en la resignificación de un discurso que, según Bernstein, obedece a “un principio de desubicación, reubicación y reenfoque de otros discursos especializados, que los pone en una nueva relación recíproca e introduce un nuevo ordenamiento interno temporal”. La recontextualización parece ser, entonces, el proceso básico del discurso pedagógico, proceso que se realiza en torno a dos órdenes: discurso instruccional y discurso regulativo. El papel del primero es regular el desarrollo de competencias y capacidades, mientras al segundo le corresponde regular la forma como se construyen el orden, las relaciones y la identidad social.
Un dispositiva es un mecanismo regulador y articulador de relaciones; es un regulador simbólico de los sujetos en cuanto a su constitución, posición y oposición; es un sistema de reglas que instituye la gramática del discurso pedagógico y, por tanto, es condición para la transmisión cultural en términos de legitimidad.
El concepto de dispositivo pedagógico es un aporte metodológico cuyo propósito es analizar el papel del discurso pedagógico en la transmisión cultural, en términos de producción, reproducción y transformación cultural en el seno de la sociedad. El dispositivo se realiza a través de dos formas: el discurso pedagógico y la práctica pedagógica y su propósito es garantizar el contexto, la interacción, la producción, la reproducción y la transformación de la cultura. .
El dispositivo pedagógico se refiere a la gramática inherente al discurso pedagógico que consiste en un conjunto de reglas para la realización de formas específicas de conciencia: las reglas de distribución, de recontextualización y de evaluación. Estas reglas están ordenadas jerárquicamente, de modo que la regla de distribución regula la regla de recontextualización, la que a su vez, regula la regla de evaluación. Así, el dispositivo pedagógico puede ser considerado, por una parte, como un regulador simbólico de la conciencia para la selección, creación, posición y oposición de sujetos pedagógicos y, por otra, como la condición para la producción, reproducción y transformación de la cultura. El dispositivo pedagógico siempre se encuentra entre el poder, el conocimiento y las formas de conciencia (Bernstein, 1994).
El dispositivo opera a través de códigos cuya gramática contiene los principios de distribución del poder y control que son intrínsecos a las relaciones de clase que son relaciones sociales y de comunicación, reguladas por principios como el de clasificación (división social del trabajo) y de enmarcación (conocimiento y comunicación).Control simbólicoUno de los factores que está presente en la teoría de Bernstein y, en particular, en la teoría del sujeto, es el control; el control es una de las manifestaciones de la estructura del poder en cuanto regulador de los procesos sociales.
El control simbólico tiene que ver con agencias (familia y educación, por ejemplo) que lo realizan y es una manifestación del principio de control que ejerce todo poder. El control se ejerce a través de los códigos, al punto que se puede afirmar que un código es “un regulador simbólico de la conciencia que condensa en su gramática la distribución del poder y los principios de control. Es mediante los códigos que una lógica de transmisión/adquisición se regula, que una experiencia particular se produce y que una identidad social específica se legitima” (En: Introducción a Bernstein).
Práctica pedagógica
Recontextualización